Por favor dame un plato de comida, es nuestra Navidad.
Esa noche del 24 de diciembre de 2024, Ricardo había hablado con su familia vía WhatsApp, diciéndoles que no sería posible pasar la Navidad en el Estado de Piauí, ya que estaba previsto para el 25 de diciembre. Recibiendo bendiciones de sus padres y deseándoles a todos una feliz noche, pero antes de la media noche volvía a llamar diciendo que se iba a cambiar de dirección porque había comprado otro departamento.
En ese momento, Ricardo sale apresuradamente y de repente, de la bolsa se caen unos regalos. Dos niños que estaban en la fuente del edificio corren a recoger los regalos que cayeron a la calle, y uno de ellos grita fuerte. Apenas se oye el sonido de las tiendas celebrando las rebajas y de la gente corriendo.
-¡Oye chico! ¡Oye chico! Estas cosas se cayeron de su bolso.
Ricardo escuchó las llamadas y miró hacia atrás, vio a los dos niños corriendo para darle los regalos, y en ese momento, Ricardo se detuvo y los recibió de los niños. Momentos que pregunta Ricardo.
-¿Quién eres?
Responde el niño de 12 años.
-Somos de aquí, ya nos llevó mi padre y mi madre Jesús. Vivimos bajo esa fuente.
-¿Vives en la calle? ¿No tienes miedo de los bandidos y los disparos? Sinceramente te agradezco que me llames. ¿Qué pasa con tu Navidad? ¿Muchos regalos?
Responde Jorge, de doce años.
-No, hombre, no ganamos nada. No tenemos Navidad. Por favor dame un plato de comida, tenemos hambre.
El hermano menor de seis años dice:
-Chico, quiero una cama y dormir tranquilo sin que nadie me eche agua.
Al escuchar esta situación bochornosa, Ricardo pregunta. -¿No cenaste?
-Nadie nos da la cena y mucho menos ayuda. ¿Tenemos hambre, hombre?
-Cuéntame ¿qué te gustaría realmente regalarte esta Navidad? ¿Perdiste tus pantuflas?
-Un poco de comida, y una cama donde dormir, esa sería nuestra Navidad. No hemos tenido pantuflas desde que murió papá.
Las palabras del niño Jorge golpearon el corazón de Ricardo, quien se emocionó y llamó a los niños para que fueran a la tienda de ropa y calzado. Vayamos a la tienda de ropa y elijamos tu ropa.
-Chico, queremos comer. Luego veremos la ropa.
Ricardo proporcionó la comida en el restaurante y se llevó a los más pequeños, quienes se fueron satisfechos, y el mayor dijo.
-Hoy el niño Jesús os bendecirá aún más. Creer.
-Gracias. ¡Amén! Vayamos a la tienda de ropa.
Cuando llegaron a la tienda de ropa, Ricardo habló con dos encargados y ordenaron los pedidos. Compraron shorts, camisas, pantalones, remeras, sábanas, zapatillas, zapatos y sandalias.
Los chicos, con una sonrisa en sus rostros, les dieron las gracias y se pusieron ropa nueva. -Chico, es mucho. No tenemos dónde guardar todo esto.
Las lágrimas cayeron al suelo. Y el niño llorando dijo: -Nunca había tenido una Navidad así. Dios está viendo todo esto.
El otro habló.
-Gracias, hombre. Dios está contigo.
-Chico, pásate la lotería para que puedas jugar estos 6 mega números de giro. Este billete es tuyo. Es mi regalo de Dios para ti.
Al poco tiempo, Ricardo le agradece y avisa a los menores.
-Falta comprar las dos camas. Lo compro ahora y en la tienda me dicen que lo deje. ¿Qué pasa con el Tribunal de Menores?
-No me importa mucho. Nunca hizo nada por nosotros. Nunca nos sacó de la calle, nunca nos dio escuela, almuerzo o merienda. Solo dice que no hay vacantes. Las únicas vacantes que tiene son en el cementerio y en la cárcel. Eso es lo que nos dicen.
Cuando Ricardo llega a su domicilio, baja con las bolsas.
-Lleguemos y bajemos del Uber con las cajas. Te pasaré mi apartamento y por favor ten cuidado. Mañana llega el desayuno, el almuerzo y la cena, hasta que solucionemos este problema. Aquí están las llaves del apartamento. Tus camas llegarán pronto y olvídate de la calle. No quiero volver a verte en la calle mendigando nunca más.
-Chico, Dios bendiga tus palabras.
Esto sucedió el 24 de diciembre de 2024, la noche del nacimiento del niño Jesús a cambio de un plato de comida. Estos múltiples abandonos y también la privación de los niños en la calle, transformándolos en un hogar indeseable. Sin olvidar las innumerables situaciones a las que se enfrentan los menores.
Ciertamente, la calle se convierte en una adicción para los niños durante su desarrollo, y los departamentos públicos son responsables de hacer poco por las personas vulnerables en los lugares públicos.
ERASMO SHALLKYTTON
Enviado por ERASMO SHALLKYTTON em 17/01/2025
Alterado em 17/01/2025 Copyright © 2025. Todos os direitos reservados. Você não pode copiar, exibir, distribuir, executar, criar obras derivadas nem fazer uso comercial desta obra sem a devida permissão do autor. |